Desde que la leche sale de la vaca hasta que acaba en un vaso para ser consumida o derramada, sigue un proceso industrial apasionante que ha variado mucho en las últimas décadas. La parte final de la producción, el envasado en unidades fáciles de almacenar, transportar y manipular, también ha sufrido cambios, pero menos significativos: cubos metálicos, botellas de vidrio, de plástico y, más recientemente, envases de Tetra Brik, han sido las propuestas de la industria. Soluciones eficientes y asépticas, sin más.
Hemos tenido que esperar hasta bien entrado el siglo XXI para encontrar la botella de leche perfecta: Se llama Molocow, ha salido del estudio de diseño Imedia Creative Bureau de Kirguistán, y va a ser objeto de deseo tanto de terrícolas como de cualquier extraterrestre mínimamente interesado en lo que pasa en este planeta. Todos disfrutarán con la imagen icónica del platillo volador abduciendo a una inocente vaca campestre.
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