Es evidente que estos dulces están diseñados para agradar a los vampiros y, quizá, a licántropos u otras bestias de peculiares gustos gastronómicos, pero eso no quita que pueda ser un detalle simpático para regalar a cualquier amigo o familiar, siempre que no tenga muchos escrúpulos.
Es obra del pastelero Ohlala. Son unas galletas blandas rellenas de vainilla, moras rojas o mantequilla rosa, con un hilo de mora de color azul. Las sirve en cajas con ocho unidades, dos de las cuales aparecen extrañamente teñidas de rojo.
¿Una galletita?
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