La boda de una señorita, aparte de ser uno de los días más importantes de su vida, es el día en que se da cuenta de que hacer pis equipada con un vestido de novia es una misión casi imposible; con una falda compuesta por tantos metros cuadrados de tela es complicadísimo arremangarse para sentarse en la taza del retrete con comodidad.
La solución viene dada por una ingeniosa muchacha cuyo nombre ignoramos (solo sabemos la fuente de las fotos: DJ Sweeby). Simplemente hay que coger una bolsa tipo Ikea, de esas grandes y resistentes, hacerles un agujero en la parte inferior y “calzarsela”, recogiendo todo el vestido, como paso previo a sentarse cómodamente en la taza.
Ea!, ahora, ya no tienes excusa para casarte vestida de princesita.
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