martes, 25 de agosto de 2015

La invasión de las perso-ceras

La especie humana está sufriendo una extraña mutación: cada vez se ven más individuos con el rostro planchado, el pelo como de maniquí y el gesto paralizado en un mohín sonriente. Son las “perso-ceras”, muñecos de cera vivientes, según la afortunada expresión acuñada por los visitantes de la Plataforma por la Reapertura Inmediata del Museo de Cera de Benidorm, nuestra segunda página más favorita.
 
Las autoridades sanitarias advierten que el abuso de maquillaje, bótox, exposición a las cámaras e injerto de pelo pueden convertir a una persona normal en una perso-cera, un proceso para  el que no hay cura conocida. A continuación, una breve guía para reconocer perso-ceras, ilustrada con ejemplos prácticos.

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