Lo que sabemos: los ciclistas nocturnos deben permanecer siempre visibles para evitar sufrir accidentes.
Lo que no sabemos: tener una bolsa escrotal de colores colgando de la bicicleta cuenta como elemento visible.
Porque hay pocas cosas más llamativas que unos testículos brillantes flotando en el aire de la noche. Es casi una aparición, una niña de la curva sin niña ni curva pero con dos cojones como cabezas de bebé. Y eso asusta a cualquiera, digáis lo que digáis.
Pero también provoca respeto, un respeto urbano, de igual a igual, un respeto de esos que incluyen un saludo secreto con un montón de palmas y que culmina con un hey, hermano. Y como ese respeto es global, no es raro que la campaña de Kickstarter necesaria para elaborar este par de faros haya superado su meta inicial con un margen de 60.000 dólares.
¿Imprescindible? Evidentemente.
Visto en Like Cool
No hay comentarios:
Publicar un comentario