Antzy Carmasaic ha solucionado una de las mayores dudas que puede tener un decorador. Cuando se presenta la situación en la que hay que pintar una casa, la batalla entre el decorador y el dueño se libra en la zona más alta del odio. En ese tema son completamente opuestos; un decorador tiene un rango cromático que empieza en el color más brillante en el que puede pensar el dueño, el cual lo ha colocado al final de sus preferencias y sólo como último recurso. Un dueño normalmente no considera el rosa un color sino un fallo.
El rodillo arco iris de Carmasaic, que os podéis construir vosotros mismo siguiendo estas instrucciones, consigue que no haya que elegir colores porque los contiene todos. No hay discusión posible. Bueno, sí: son demasiados colores y sin un unicornio de por medio puede que el desarrollo conceptual no quede del todo fijado, pero, en fin, uno coloca todo lo que tiene y que la gente mire los colores que más le gusten.
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