Es curioso cómo un pequeño detalle, un moño en la cabeza, puede otorgar a quien lo lleva un aura de superioridad y respeto tan importante. Podemos comprobarlo en personajes como Bush, Putin, Obama, Cameron, el dictador gordito coreano o el mismísimo Papa de Roma.
Ahora solo les falta una barba pelirroja hispter, y a enamorar a las masas como si no hubiera un mañana. Porque lo importante no es ser poderoso, sino parecerlo.
#1 Barack Obama