Parece complicado mejorar el diseño de un dado de 20 caras, de los que se usan en las partidas de rol, pero estos anillos giratorios parece que lo consiguen.
Evitan el problema principal de los dados clásicos: que caigan rodando al suelo con el sacrificio lumbar que representa para el jugador que ha de agacharse a recogerlo.
Por otra parte, obligan a que el jugador que "tira" tenga que enseñar el anillo al resto de jugadores como prueba del número que ha salido. Eso nos parece un poco extraño. Parecerá como si estuviera presumiendo de haber recibido un anillo de compromiso con un enorme brillante engarzado. O algo así. Pero también eso tiene su encanto.
En cualquier caso, son muy chulos, tanto en su colorida versión arco iris, como en la de color negro.
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