Parece cine de ciencia ficción, pero así es como ven las cosas los habitantes de Ciudad Madero, al sureste del Estado de Tamaulipas, en México. Ellos creen, y hasta tienen la certeza, de que ESTÁN SIENDO PROTEGIDOS DÍA A DÍA POR FUERZAS ALIENÍGENAS. Una certeza que, aunque parezca descabellada, no se creó de la nada.
¿Cómo podría explicarse que a pesar de que los huracanes amenazan con arremeter sus costas nunca hayan tocado tierra y, por alguna razón misteriosa, siempre cambian de rumbo? No es casualidad, en ese sentido, que el lugar sea centro constante de avistamientos de objetos voladores no identificados.
Mucho menos casualidad es que esos avistamientos siempre sean en la costa, donde los lugareños aseguran que existe una base alienígena de la cual entran y salen las naves triangulares y circulares que se ven en el cielo desde 1955, cuando el huracán Hilda arrasó con tres cuartas partes de la ciudad y dejó más de 20 personas sin casa.
“En esa época no había extraterrestres. Si no, no hubiera ocurrido tanto desastre”, explica Fernando Alonso Gallardo, un habitante de Ciudad Madero de 68 años, ingeniero civil y exteniente a la BBC de Londres.
Pero los habitantes de la zona también saben que la prioridad de los extraterrestres no es el pueblo, sino el lugar en donde decidieron asentarse los alienígenas. En palabras de otro habitante de la ciudad, Don Alonso: “No es con el afán de proteger a la ciudad, es con el afán de proteger la ciudad DONDE ELLOS VIVEN, porque encontraron una forma de poder estar ahí”.
Estos son sólo dos testimonios. Pero existe un libro con el título De Ovnis, fantasmas y otros sucesos extraordinarios en el que Eduardo Anguiano Ortiz, de 83 años y habitante de Ciudad Madero, recopiló más de CIEN TESTIMONIOS sobre este fenómeno. Los que estén interesados en el tema, deberían darle una mirada.
La última vez que un huracán casi llega a la zona fue en 2013 y se desvió antes de llegar a la ciudad. Esa fue la última intervención misteriosa, según dicen. Fue ese año también cuando las autoridades políticas colocaron en la Playa Miramar, una de las más turísticas de la zona, el busto de un extraterrestre.
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