Los que se desplazan en bicicleta están hasta los huevos que los otros usuarios de la calzada, a bordo de máquinas más potentes e intimidantes, les toquen las pelotas continuamente. ¿Se quejan con razón? ¿Sin razón? No vamos a entrar en esa discusión.
Lo importante es que ahora, con las Bike Balls (por fin, a la venta en España), pueden demostrar que tienen unos cojones prominentes, brillantes y luminosos que, además, les sirven como bamboleante luz trasera.
 

Se trata de un escroto de suave silicona que, al ser apretado entre los dos testículos que contiene (suavemente, si es posible), enciende una luz LED roja ideal para ser vistos y admirados en situaciones de poca visibilidad.
Está pensado para ser colocado debajo del asiento, pero las chicas quizá prefieran situarlo colgado del manillar, a modo de peculiar trofeo de guerra. O algo así.

Según nuestra opinión experta, nos parece un producto excelente, con muchas virtudes pero con un defecto que, quizá, nadie ha tenido en cuenta y podría ser causa de algún accidente: el bamboleo de esos testículos iluminados podría ejercer un efecto hipnótico en la persona que conduzca el coche que circule detrás de la bicicleta, con el riesgo que eso conlleva.
En el vídeo se puede apreciar ese poder de sugestión. Por lo demás, todo bien.