Tener un suelo en 3D que evoque un paraíso desértico o unas cataratas ideales no asusta a las pelusas y, la verdad, se va a convertir en algo muy raro cuando se agolpen alrededor del delfín o del castor. Pero supongo que la gente de Imperial Interiors, creadores de estas superficies, asumen que alguien capaz de pagar el precio de la instalación no tendrá problemas en pasar la escoba de vez en cuando. Es suponer mucho, la verdad.
De más está decir que estos suelos aguantan lavados y la mayoría de manchas que genera la rutina, aunque tendrían que pasar la Prueba del Adolescente en Fase Desorientada para tener una verdadera credibilidad. Debería haber un sello para representarlo.
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