Brillante idea, útil para aproximadamente el 33% de los terremotos (los que suceden de noche). Se trata de una especie de ataúd equipado con víveres para subsistir hasta que te encuentren los equipos de rescate.
Normalmente el sujeto paranoico duerme encima del ataúd para, cuando el seísmo se produce, caer automáticamente al fondo mientras la tapa superior se cierra sobre nosotros de forma espectacular.
Si tras esto no has fallecido del infarto, puedes empezar a consumir los víveres que tendrás a tu disposición. Cuando se acaben y empieces a sospechar que nadie va a sacarte de ahí, es cuando tienes que ponerte en modo Uma Thurman en Kill Bill. Reventar la tapa a puñetazos no ha de ser tan difícil.
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